En la sexta edición de estos premios se homenajeó a los centros educativos y sanitarios de la localidad y a los profesionales locales más destacados.
Marchamalo homenajeó el domingo la incansable labor de los profesionales de la educación y la sanidad públicas en sus premios Gallardo del Año 2014, que pusieron el punto final a un mes de mayo tremendamente ajetreado gracias a la programación de actos de las Fiestas Patronales y la Semana Cultural, en su principal fin de semana. En la sexta entrega de estos singulares galardones se entregó el ‘Gallardo del Año’ a los colegios ‘Cristo de la Esperanza’ y ‘Maestra Teodora’, al IES ‘Alejo Vera’, a los profesores marchamaleros ya retirados Serafín de Mingo y María del Pilar Muñoz, a la investigadora María José Daniel, al Centro de Salud ‘La Campiña’ y a los doctores Ramón Ochoa, Félix Calvo y Luis Ablanque de la Plata, personaje recientemente descubierto. El salón de actos del Ateneo Arriaca volvió a vivir momentos realmente emotivos, con la visita de invitados procedentes incluso de Suiza y Holanda.
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El pasado domingo se celebró la ceremonia de entrega de los VI Premios ‘Gallardo del Año’, un inmejorable colofón para el fin de semana principal de la Semana Cultural de Marchamalo, homenajeando a marchamaleros y marchamaleras insignes que han destacado por su labor en el municipio o fuera de él. Estos galardones, creados por el Ayuntamiento de Marchamalo para distinguir de una forma singular a estos convecinos cuya labor merece ser destacada públicamente, son acogidos con cada vez más emoción, especialmente entre los galardonados que cada año suben al escenario.
Como en las anteriores ocasiones el evento se basó en una entrega de galardones sencilla y sin artificios, en la que Juan Enrique Ablanque, Cronista Oficial de la localidad, expuso de forma clara y concisa los méritos de cada uno de los colectivos y personajes reconocidos en ese día con el ‘Gallardo del Año’. En esta ocasión volvió a destacarse no un hecho concreto, sino una trayectoria completa de entrega, trabajo y sacrificio en pos del bienestar y la ampliación de conocimientos de los marchamaleros, enfatizada en dos elementos que hoy son fundamentales para nosotros, la educación y la sanidad públicas.
De este modo, el consistorio reconocía de forma especial “la entregada labor de estos profesionales y los centros que en nuestro municipio los aglutinan para hacer de la educación y la sanidad, públicas y universales, una realidad. Un trabajo que se ha prolongado durante años, e incluso toda una vida, siendo piezas esenciales para alcanzar ese sueño que hoy nos hace a todos ciudadanos con unos derechos inalienables dentro de una civilización más cohesionada, más igualitaria y más digna”.
PREMIOS A LOS CENTROS EDUCATIVOS Y A MAESTROS DE SIEMPRE
El acto comenzó entrando de lleno en el ámbito de la educación en el municipio, recompensando de forma global la labor de todos los maestros que han pasado por Marchamalo y que han formado a los marchamaleros desde las edades más tempranas hasta su juventud, individualizando este homenaje en los tres centros de educación pública que hoy en día existen en el municipio.
En este reconocimiento hubo numerosos guiños al pasado reciente, ya que apenas hace dos décadas Marchamalo sólo contaba con un colegio, el cual fue construido en el último tercio del siglo pasado para coger el testigo de las escuelas de las Eras Blancas y las pequeñas aulas rurales que hubo en un principio en el centro del pueblo, en las que también estudiaron los dos maestros marchamaleros homenajeados en particular, con largas trayectorias de enseñanza en el municipio.
De este modo, fueron premiados el CEIP ‘Maestra Teodora’, último centro en construirse y que debe su nombre a la maestre Teodora Martín, que enseñó a las niñas marchamaleras a comienzos del siglo pasado; el CEIP ‘Cristo de la Esperanza’, el más veterano de ellos, con cuatro décadas de enseñanza infantil y primaria en Marchamalo; y el IES ‘Alejo Vera’, con casi veinte años de trayectoria en la enseñanza secundaria de los jóvenes gallardos. El recorrido por las imágenes de varios años de trabajo y, en especial, de un vídeo cedido por TVE grabado en el primer curso del IES ‘Alejo Vera’, trajo grandes recuerdos a casi todos los presentes, quienes, de un modo u otro, han pasado por las aulas de estos centros educativos.
El homenaje individual fue para dos maestros que, además de ser de Marchamalo, han ejercido durante muchos años como tales en nuestro municipio. María del Pilar Muñoz, con 25 de trabajo con los niños marchamaleros, y Serafín de Mingo, con 20 años, recogieron sus premios Gallardo del Año tremendamente emocionados y agradecidos al pueblo donde crecieron y al que entregaron sus vidas profesionales.
Como puente entre el bloque dedicado a la educación y a la sanidad fue premiada María José Daniel, investigadora salmantina doctorada en Pedagogía y Ciencias de la Actividad Física y el Deporte, ha establecido estrechos vínculos con Marchamalo tras su profundo trabajo de investigación en su tesis doctoral entorno a la figura de uno de los personajes más importantes de nuestra historia de cara a la consecución del reconocimiento de la educación física como materia de estudio científico y aplicación dentro de la formación educativa básica.
El conocimiento de la figura del doctor marchamalero José Esteban García Fraguas, médico higienista y cirujano especializado en el ámbito de la educación física y sus beneficios sobre la salud, sólo fue posible gracias a ella, pudiendo extender entre los marchamaleros el conocimiento de su figura y trabajo entregando al municipio una copia de su trabajo, especialmente reconocido por la Universidad de Salamanca. El Complejo Deportivo ‘García Fraguas’ lleva su nombre en homenaje a él.
RECONOCIDO EL CENTRO DE SALUD Y DESTACADOS DOCTORES
Durante el segundo bloque del acto, dedicado a la sanidad y a los profesionales que, relacionados con el municipio, dedican su esfuerzo a la extensión y defensa de la misma de forma universal y pública, se hizo un especial reconocimiento al Centro de Salud ‘La Campiña’ y los profesionales que trabajan en él. No en vano, la existencia del mismo y la preservación de los indispensables servicios que presta a los vecinos de Marchamalo han sido las motivaciones que, de una forma más intensa, más cohesionada y más directa, han unido a los marchamaleros para reclamar en la calle la atención de los diferentes responsables políticos.
Después fue el turno para los reconocimientos individuales a los médicos marchamaleros más destacados por su amplia trayectoria, empezando por el doctor Ramón Ochoa, médico y cirujano de madre marchamalera y muy vinculado al municipio durante toda su vida. El actual Presidente del Ilustre Colegio Oficial de Médicos de Guadalajara y Presidente del Consejo Autonómico de Colegios Oficiales de Médicos de Castilla la Mancha, cuenta con una de las trayectorias médicas más reconocidas de la provincia, además de haber demostrado su compromiso con la preservación y extensión del tratamiento sanitario público y universal en nuestro país.
El acto continuó con el doctor Félix Calvo, conocido tocólogo ya jubilado, en reconocimiento a una trayectoria de toda una vida dedicada al tratamiento médico en un momento tan trascendental y delicado como el parto, quién disfrutó enormemente del reconocimiento y el cariño del público.
Por último, el acto sorprendió con un reconocimiento a título póstumo de un personaje hasta el momento desconocido para los marchamaleros, a pesar de ser un personaje nacido y criado en el municipio. Las investigaciones realizadas por Juan Enrique Ablanque, Cronista Oficial, en los últimos años, han desembocado finalmente en el reconocimiento y exposición a la luz pública de la insigne figura del doctor Francisco Luis Ablanque de la Plata, que a principios del siglo pasado acabó marchándose a Colombia donde es ampliamente conocido.
Médico y cirujano, estudió en Madrid procedente del municipio marchamalero, gracias al tremendo esfuerzo de su familia, que permaneciendo aquí, pudo proporcionarle el dinero necesario para cursar sus estudios. Una vez emigrado a Colombia, aunque con destino en Chile, se quedó en el país suramericano tras conocer la figura y labor de Sor Vázquez, una monja española de la comunidad Vicentina que asistía un pobre hospital de campaña en la ciudad de Buenaventura, en la costa pacífica colombiana.
En esta ciudad, de amplia mayoría afroamericana, ejerció su incansable labor de extensión del cuidado médico y sanitario a toda la población en una de las zonas más pobres del país, internándose incluso en la selva, y en la mayor parte de las ocasiones de forma absolutamente altruista. Su incansable labor le ha otorgado a su figura el amplio reconocimiento de la población de Buenaventura, donde incluso un hospital, un centro médico y una escuela llevan su nombre.
Al acto acudieron dos de sus hijos, procedentes de Lausana, en Suiza, y de Alicante, además de otros familiares procedentes de Holanda. Tremendamente emocionados, su hijo Francisco y su hija Pilar, recogieron el premio concedido a su padre en el pueblo en el que le vio nacer y que nunca dejó de recordar.