Cientos de marchamaleros particiarpon en el pasacalles, la fiesta de disfraces, la chocolatada y el Pasaje del Terror con el que culminó la noche.
La celebración de Halloween en Marchamalo logró el mayor éxito de los últimos años gracias a la buena combinación ofrecida por el Ayuntamiento en colaboración con las AMPAs de los dos colegios, la Asociación de Mujeres y, en especial, la Peña ‘La Nuestra’, cuyo trabajo en el Pasaje del Terror por sexto año consecutivo fue el más celebrado.
En los últimos años la tarde-noche de Halloween es sin duda una de las jornadas más esperada entre los niños marchamaleros, que encuentran una excusa para disfrazarse y disfrutar entre gritos y risas de un día diferente en el que se enfrentan a los personajes de sus peores pesadillas.
La jornada comenzó por la tarde, con un pasacalles musical desde el Ateneo Arriaca hasta la Plaza Mayor, donde se llevó a cabo una Fiesta de Disfraces con animadores, música, photocall y se ofreció chocolate y bizcochos para todos los asistentes. Esta fue la principal novedad del programa propuesto por el Ayuntamiento junto a las AMPAs de los dos colegios y la Asociación de Mujeres, cosechando un notable éxito, en especial entre os más pequeños.
Sin embargo, la actividad más esperada fue de nuevo el Pasaje del Terror que desde hace seis años viene organizando la Peña ‘La Nuestra’, ambientado para ellos las salas de un irreconocible Espacio Joven. Con su trabajo esta asociación local logra crear nuevos ambientes y un recorrido totalmente diferente cada año, gracias a la escenificación que llevaron a cabo durante toda la semana previa para crear salas, grutas, y oscuros escondrijos que hicieron que la actividad se prologara durante casi cinco horas.
En torno a unas 450 personas entre marchamaleros y visitantes llegados de distintos lugares se atrevieron a entrar en el Pasaje del Terror, totalmente gratuito, esperando con paciencia las largas colas a la entrada del recinto. Una gran expectación creada gracias al buen trabajo de los años anteriores y los emocionados comentarios de quienes lograban salir del recorrido por el otro extremo del mismo.
El decorado fue modificado sobre los anteriores, con un pasaje algo más largo e intrincado que comenzaba en la puerta principal del Espacio Joven. Los pasillos creados, más estrechos, contribuyeron definitivamente a la sorpresa y la intensidad de la experiencia para quienes se atrevieron a entrar, la mayoría de los cuales salieron precipitadamente y entre desesperados gritos de pavor.