El Plan para la Desescalada del Estado de Alarma motivado por la pandemia de COVID-19 en nuestro país se divide en cuatro fases, dependiendo la transición de la anterior a la siguiente en función de los indicadores epidemiológicos en cada provincia.
– FASE 0: se permiten salidas controladas con niños, deporte individual, paseos con convivientes y la atención a huertos sociales y familiares. Apertura del pequeño comercio y restauración para entregas en mostrador y a domicilio (consultar actividades permitidas en los enlaces inferiores)
– FASE 1: se suma el regreso del entrenamiento profesional y la apertura de pistas deportivas al aire libre para la práctica de deportes sin contacto. Se permite la apertura del pequeño comercio y restauración con determinadas limitaciones de espacio y medidas de distanciamiento social. Se permiten reuniones en viviendas particulares y terrazas de establecimientos de hasta 10 personas, siempre que no superen un 50% del aforo máximo.
– FASE 2: se eliminan todas las limitaciones de distancia y franja horaria para paseos o la práctica deportiva, excepto la reservada a personas mayores de 70 años (de 10:00-12:00h y 19:00-20:00h), se permiten la libre circulación de grupos de hasta 15 personas, la hostelería y la restauración puede abrir el interior de sus locales con un aforo reducido al 50%, y se permite la práctica de deportes de raqueta por parejas (más detalles en el enlace inferior).
– FASE 3: se eliminan todas las franjas horarias y cualquier limitación para el paseo, con libre circulación y estancia en la calle de grupos de hasta 20 personas, se mantiene la limitación de aforo para la hostelería y el comercio del 50%, si bien las terrazas podrán ocuparse a un 75% de su capacidad, reabre la sala de estudio de la Biblioteca Municipal limitada al 50% de su aforo en su horario habitual de lunes a viernes y fines de semana. Se permite viajar a otras provincias de Castilla-La Mancha que se encuentren en FASE 3.
El periodo mínimo que se establece para pasar de una fase a la siguiente es de dos semanas, dependiendo de la evolución de los indicadores epidemiológicos en cada territorio.