La Feria de Agosto de Marchamalo surge de la larga evolución de la tradición de los festejos populares que se desarrollan en toda la zona centro y sur de España a lo largo de los últimos dos siglos, la cual venía tradicionalmente acompañada de múltiples celebraciones lúdicas al calor del buen clima del verano en nuestro país.
Se trata de una fiesta profana que se viene celebrando con continuidad y constancia fehaciente en Marchamalo desde el siglo XIX, aunque hunde sus raíces en el siglo XVIII, partiendo de las concurridas capeas taurinas, donde el toro, animal totémico ligado a la Península Ibérica y después introducido en América, ocupa un símbolo especial que reúne y convoca la fiesta en su expresión máxima.
Desde entonces los festejos populares taurinos gozan de especial predicamento entre los marchamaleros, que con el paso del tiempo han trasformado aquellas capeas celebradas en artesanales plazas de carros, construidas en la Plaza Mayor, a novilladas y corridas de toros revestidas de la seriedad requerida pero no exentas de las celebraciones que deben acompañar estos espectáculos.
Así, la Feria de Agosto fue sumando días de celebración, siendo actualmente cinco, los cuales suelen celebrarse en torno a la tercera semana del mes de agosto, agrupando gran cantidad de actividades mucho más allá de lo que tiene que ver con el mundo del toro, con encuentros musicales, culturales, lúdicos y deportivos surgidos de la iniciativa popular de los marchamaleros, lo que lleva a que el ambiente festivo se prolongue hasta una semana completa.
Entre todos los eventos destaca por su particularidad y lo enraizado de su carácter, el conocido como Encierro ‘El Gallardo’, uno de los escasos encierros urbanos matutinos que se celebran en la provincia de Guadalajara, a imagen de los que se llevan a cabo en San Fermín, surgido de la iniciativa popular de los aficionados marchamaleros hace más de dos décadas.