El municipio de Marchamalo no es un lugar especialmente señalado por su relevancia monumental, pero sí se conservan algunos edificios con un reseñable valor histórico y enclaves significativos para nuestra historia.
En el casco urbano, los elementos históricos más relevantes corresponden a la Edad Moderna de nuestra era, llegados de la mano del progreso y enriquecimiento del Imperio Español y la Iglesia Católica, que favorecerán el crecimiento de Marchamalo y su consolidación como población y, después, villazgo con jurisdicción propia.
Los más señalados se encuentran en torno a la Plaza Mayor, de configuración típicamente castellana, fue concebida como centro de la villa tras la Reconquista y durante el Renacimiento, con el Ayuntamiento, la Iglesia y casas señoriales y la del cura construidas a su alrededor. Nuestra Plaza Mayor puede presumir de ser la más grande de la provincia, con cerca de 5.000 m2 de superficie.
Otro elemento fundamental que conservamos en el municipio es nuestra picota o rollo jurisdiccional, enclavado a la entrada de la villa, al pie del Camino Real de Aragón y Navarra haciendo ver la condición de población con capacidad de impartir justicia en su territorio.
Con el paso del tiempo, otros elementos han ido marcando la historia de Marchamalo, de los que también hacemos aquí una breve recopilación (información más detallada en los enlaces de la derecha
Su existencia queda constatada, además de por la memoria popular, por el Catastro de la Ensenada, que recoge este lugar expresamente en su relación de bienes y patrimonio de Marchamalo fechada en 1750.