A lo largo del último cuarto del siglo XX todos los niveles político organizativos se embarcaron en el esfuerzo conjunto de alumbrar un nuevo modelo de relación entre el hombre y su entorno, más inteligente, más sostenible y más respetuoso. En el ámbito de lo municipal, tanto en lo que refiere a grandes núcleos urbanos como a pequeñas localidades, ese esfuerzo fue tomando forma en lo que hoy llamamos Agenda 21 Local, un catálogo de principios de actuación que sustancia el deseo de evolucionar en relación a nuestro medio.

Tras un largo proceso, en 1992 casi doscientos países acordaron en la Cumbre de la Tierra de Río de Janeiro suscribir un acuerdo general de carácter histórico, la llamada Agenda 21, un plan de acción hacia la sostenibilidad.

Las ciudades lo trasladaron a su ámbito en 1994 se celebra en la ciudad danesa de Aalborg la Conferencia Europea de Ciudades y Pueblos Sostenibles que aprueba la llamada Carta de Aalborg, el documento fundacional de la Agenda 21 Local, que marcará el devenir de la gestión pública de la sostenibilidad en los próximos años. Los 21 objetivos que se propone alcanzar son, probablemente, el marco de actuación más claro y ambicioso que los municipios se hayan planteado nunca en esta materia.

La Agenda 21 Local forma ya parte del lenguaje cotidiano y de la política municipal. España, además, ha sido una de las grandes referencias internacionales en la implantación y desarrollo de los principios de Aalborg, gracias al papel que durante estos años han jugado los ciudadanos, las organizaciones ecologistas y los gobiernos locales de cientos de municipios en la última década.


Los 21 Objetivos en que se resume el acuerdo son una guía rápida para comprender el ambicioso y necesario reto que representan. Marchamalo se sumó a ellos en 2003, tratándose estas líneas de actuación de forma directa con los ciudadanos, mediante una exhaustiva encuesta que vino a ser el primer embrión de la participación directa de la ciudadanía en la toma de decisiones.

He aquí esos 21 Objetivos y su aplicación en nuestro municipio, la cual ha alcanzado la práctica totalidad de aquellas propuestas sin dejar de avanzar en nuevos retos:

1) Impulsar la democracia participativa en los procesos de toma de decisiones locales: 
Establecimiento de canales interactivos directos con el Equipo de Gobierno, creación del Buzón Ciudadano y convocatorias periódicas de las Asambleas Vecinales. Su embrión fueron los iniciales Foros de Participación, con sus vertientes infantil y juvenil que han derivado en una constante colaboración con los centros educativos y la creación del Centro para la Creación Joven.

2) Cooperar eficazmente con los municipios vecinos y el resto de las administraciones públicas:
Inclusión de Marchamalo en Consorcios y Mancomunidades para la prestación de servicios comunes con otros municipos del entorno, servicios compartidos con Guadalajara y colaboración con la Diputación Provincial y la JCCM mediante convenios.

3) Garantizar que la sostenibilidad sea un eje vertebrador de las decisiones urbanas y la asignación de recursos:
Aplicación de políticas de desarrollo urbano sostenible, concentrando la población para mejorar la eficacia de los servicios proporcionando un entorno urbano seguro, cómodo y saludable.

4) Reducir el consumo de energía primaria, fomentar el de las energías renovables y mejorar la eficiencia energética:
Aplicación de planes de eficiencia energética en el alumbrado público y los edificios municipales, instalación de placas solares en sus tejados, reducción de los consumos de calefacción y aire acondicionado con estándares más moderados.

5) Mejorar la calidad del agua y su uso más eficiente:
Campañas en colaboración y vigilancia junto a la Mancomunidad de Aguas del Sorbe (MAS) e instalación de riego automático y por goteo en todo el municipio.

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